Filósofo y economista inglés, nacido en Londres, uno de los principales representantes del neoempirismo inglés del s. XIX. Tempranamente educado por su padre, James Mill (Stuart es apellido añadido en agradecimiento a un bienhechor de la familia), no frecuentó prácticamente la escuela, pero a los 14 años disponía ya de una educación clásica rigurosa. A los 16 años ingresa en la «East India Company», empresa en la que logra cargos de responsabilidad y en la que permanece hasta su disolución, en 1858. […]Muy influido filosóficamente por su padre y por las ideas de Bentham, cuyas obras, que le habían entusiasmado de joven, había contribuido a difundir -funda con su padre y Bentham, en 1821, una «Sociedad utilitarista», reemplazada tres años después por una «Sociedad de debate»-, tras una depresión sufrida a los veinte años, se interesa por las nuevas orientaciones que le llegan de lecturas de Wordsworth, Saint-Simon y A. Comte: a sus ideas de siempre y a la formación estrictamente intelectual recibida de su padre, añade una mayor apertura hacia la sensibilidad de sentimientos y a una mayor valoración de la dimensión social e histórica del conocimiento teórico y práctico. La filosofía de John Stuart Mill es, como consecuencia de todas estas influencias, una reelaboración de la tradición empirista y liberal inglesa, del utilitarismo y del espíritu positivista. […] En Los principios de la economía política (1848), hace de la distribución de la riqueza el problema fundamental de la economía política, y en Consideraciones sobre el gobierno representativo (1861), señala la característica esencial de la democracia, que es ser suficientemente representativa de las minorías; sólo así es mejor que cualquier gobierno monárquico o aristocrático. En Sobre la servidumbre de las mujeres (1869), destaca que uno de los fallos de representatividad está en no reconocer el derecho de voto a las mujeres; tesis sumamente bien recibida por las sufragistas de final de siglo. Sobre la libertad (1859) es otra de sus grandes obras, comparable a Sistema de lógica. La libertad de la que se ocupa es la libertad del individuo en sociedad, la de acción, que se exterioriza en libertad de pensamiento, expresión, asociación y el ejercicio de los demás derechos civiles, pero no aquella que supone defensa y protección del individuo frente a los abusos u opresión del poder -que se supone que ya ha de estar defendida en un estado democrático-, sino la que ahoga la «tiranía de la mayoría», o de la masa, o de la opinión dominante.