Podemos pensar por nosotros mismos y razonar con otros porque pertenecemos a una comunidad de hablantes. No somos seres aislados, recibimos saberes de lugares distintos y a veces distantes, los cuales interpretamos y también transmitimos. Hacer esto requiere del lenguaje, requiere del diálogo. De ahí que el ejercicio de nuestra racionalidad tenga como una de las condiciones de posibilidad a los otros. Damos razones para fundamentar o justificar nuestras ideas y opiniones. Las técnicas, procedimientos y métodos para el análisis de argumentos requieren de habilidades prácticas como es, por ejemplo, identificar el tipo de diálogo en el que se dan los argumentos. Por esto hablamos de habilidades de razonamiento lógico aplicado. La teoría crítica de argumentos en sus contextos es una lógica basada en el concepto de diálogo, como una forma de interacción entre los participantes.