Índice> Módulo I: La ocupación humana del espacio> 1.1
La distribución de la población...
1.1
La distribución de la población mundial
1.1.3 La población en espacios rurales y urbanos
Los espacios rurales Mientras que en 1950 sólo 30 por ciento de la población mundial vivía en zonas urbanas, para finales del primer decenio del siglo XXI se estima que el índice llegará a 50 por ciento. En 2000, la tasa de urbanización en los países desarrollados era de 75 por ciento (frente al 55 por ciento de 1950), mientras que en los países en desarrollo sólo llegaba a 40 por ciento (en 1950, apenas 18 por ciento). Si bien es cierto que la mayor parte de la población mundial habita en espacios urbanos, son más numerosos los asentamientos rurales. Por ejemplo, en México el Segundo Conteo de Población y Vivienda (2005) mostró la existencia de 187 938 localidades con viviendas habitadas; pero de las cuales, 550 son consideradas urbanas, si respetamos el valor numérico de más de quince mil habitantes. Ello corrobora el alto grado de dispersión que tiene la población rural. Los asentamientos rurales son predominantes en varias regiones del mundo. La mayoría son pequeños, se encuentran dispersos y la vinculación entre ellos es débil o nula. Hay espacios rurales con escasa población; pero con viviendas concentradas, vialidades y servicios adecuados y eficientes que ocasionan niveles de vida elevados para la población que los habita. Algunas poblaciones rurales tienen suelos fértiles, acceso a sistemas de irrigación, tal como sucede en algunas zonas rurales de Japón, Australia, Alemania o Canadá. Por el contrario, gran parte de los espacios rurales en los países de menor desarrollo de Asia, América Latina y África es precaria. El acceso a servicios, vialidades o empleos es deficiente; incluso sus actividades económicas tradicionales como la agricultura o la ganadería tienen bajos niveles de productividad porque los climas no son los adecuados, carecen de créditos o la producción es de autoconsumo. Los espacios rurales son diversos y varían de un país a otro. En algunos la población residente realiza actividades agropecuarias, en otros sólo se aprovecha la cubierta forestal, otros se dedican a la pesca o la explotación minera. Incluso, en algunos lugares, junto a las actividades tradicionales se han construido establecimientos industriales, o bien, se desarrollan actividades turísticas. Tanto los asentamientos urbanos como los rurales tienen diferentes funciones económicas según las necesidades de la población que reside en ellos. Al aumentar la población de los asentamientos se agregan nuevas funciones económicas y se incrementa el número de las existentes. Asimismo, las ciudades o los asentamientos rurales ofrecen ventajas y desventajas para la población que radica en ellos. Por ejemplo, una ventaja de las ciudades es la concentración y variedad de comercios y servicios, pero la contaminación y la concentración de personas puede limitar la calidad de vida de sus habitantes. Por su parte, en las zonas rurales la escasa población limita la gran variedad de servicios o comercios propios de las ciudades, pero a su vez evita el estrés y la tensión por problemas de tránsito vehicular, entre otros aspectos. Por otro lado, hacia el interior de los asentamientos humanos se observan diferentes formas de organizar la estructura urbana y rural. Seguramente conoces tu localidad y habrás identificado la organización que tienen sus calles, sus viviendas y su actividad económica. Hay zonas con calles bien trazadas; pero en otras las calles son pequeñas y su distribución es irregular. Incluso, si en tu localidad hay zonas montañosas, observarás que las calles se organizan de forma diferente: algunas tienen pendientes de más de 25 grados, lo cual dificulta el tránsito vehicular y la dotación de servicios públicos como el agua potable y el alcantarillado. 3/3
|
|