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1.1 La distribución de la población mundial
1.1.4 Ciudades, metrópolis y megalópolis

Estamos en el siglo XXI y actualmente buena parte de la población mundial vive en las ciudades. El aumento creciente de éstas y el incremento de su importancia como concentradoras de población, bienes y servicios, atrae progresivamente a la atención de un mayor número de disciplinas, entre ellas, a la Geografía.

Desde un punto de vista demográfico las ciudades presentan una dinámica poblacional, resultado de los nacimientos, las defunciones y las migraciones. Ello ha provocado que un número importante de ciudades en el mundo incremente su población y ocasione efectos espaciales en diversos territorios del planeta.

Como consecuencia de los movimientos migratorios, determinadas ciudades se convierten en polos de atracción de población, mientras que otras son áreas de expulsión. Esta dinámica poblacional de las ciudades cambia permanentemente y ha dado lugar al denominado proceso de urbanización, mediante el cual se da la transformación paulatina de la estructura rural hacia una estructura urbana.

En el siguiente cuadro se observan ejemplos de las categorías espaciales que reciben los asentamientos urbanos, basados en la evolución espacial que éstos presentan a través del tiempo.



El avance de la mancha urbana, es decir, del área urbanizada y su periferia, invade diferentes regiones naturales, suelos fértiles e incluso puede ascender por las laderas de las montañas; asimismo, incorpora poblados y ciudades de menor tamaño ubicados en los alrededores de la ciudad central.

En ese proceso, la ampliación de la mancha urbana ha ocasionado la formación de grandes ciudades. Algunas de éstas se han extendido más allá de sus límites administrativos al invadir municipios, condados o delegaciones adyacentes e incorporar ciudades pequeñas y poblados. Como resultado, ha conformado zonas o áreas metropolitanas, como las ciudades de Nueva York, México y Tokio.

Otra categoría espacial se presenta cuando se conforma una gran región urbana que entrelaza una extensa red de ciudades de diferente tamaño mediante las vías de transporte y comunicación. Esta categoría espacial se llama región metropolitana; pero si ésta abarca extensos territorios, se denomina megalópolis, como sucede con el corredor urbano BosWash, de alrededor de 650 kilómetros (entre las ciudades estadounidenses de Boston y Washington); las ciudades de California, entre San Francisco y San Diego; la Randstad del noroeste de los Países Bajos, que agrupa a las ciudades de Ámsterdam, Utrecht, Rotterdam y La Haya; la región urbana del noroeste alemán a lo largo del río Rhin y su afluente el Rhur; o el corredor urbano del sur de Japón, entre Tokio y Kobe. También es necesario señalar que al interior de estas regiones metropolitanas hay espacios más o menos rurales.

   Visita la región holandesa de Randstad en los siguientes sitios       Web:

Por su parte, el crecimiento de las grandes ciudades ha sido espectacular. En 1900, Londres alcanzaba por primera vez los 6.5 millones de habitantes. En el 2000, más de 30 centros urbanos superaban esa cifra, y otros diez tenían más habitantes que los que residían en Nueva York en 1950 (12.3 millones). Además, dos tercios de las 30 principales zonas metropolitanas se encuentran en América Latina y Asia.

También, desde años recientes se emplea el término megaciudad para identificar niveles de las zonas metropolitanas con población superior a los cinco, ocho y diez millones de habitantes. Mientras en 1950 había en el mundo cuatro megaciudades con población mayor a los cinco millones de personas, para 1985 se identificaron 28 y en 2000 se tenían 39. Si las tendencias se cumplen, hacia 2050 habrá más de 60 megaciudades. Actualmente, dos terceras partes de estas populosas ciudades se localizan en países de menor desarrollo económico, en especial en el sur y el este de Asia.

 

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