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1.1 Importancia de la Geografía como ciencia
1.1.6 En la intimidad de la Geografía

Para poder entender cómo contribuye la Geografía a la explicación de los diferentes lugares que constituyen la Tierra, es necesario indagar acerca de su composición interna. Esto se puede lograr mediante un vistazo a la intimidad de la Geografía a través de dos perspectivas: una llamada sistemática y la otra denominada regional.

En el caso de la perspectiva sistemática, se reconocen dos vertientes fundamentales de la Geografía claramente marcadas: Geografía Física y Geografía Humana, al interior de ellas existe una diversidad de campos especializados cuyas contribuciones a la explicación de procesos, hechos y fenómenos en la superficie del planeta son indudables.

Para iniciar, en el ámbito de la Geografía Física se tienen diversas especializaciones, que concuerdan con los puntos básicos del discurso ortodoxo en Geografía. Así, por ejemplo, hay una geomorfología, que es la parte de la Geografía Física que estudia el relieve, con una relación intensa con la geología y la geofísica. De igual manera, la climatología se relaciona con otros campos del conocimiento de la atmósfera como la meteorología. Finalmente, se puede indicar que la bioGeografía, que se encarga de examinar la distribución geográfica de plantas y animales nativos en el planeta, evidencia las relaciones estrechas entre Geografía Física y Biología.

Aunque en Geografía Física las divisiones al interior de la Geografía están claramente reconocidas, en el seno de la Geografía Humana la perspectiva es distinta. Los procesos sociales, los hechos y fenómenos que tienen que ver con la ocupación humana del espacio son tan variados y numerosos que existen diferentes especializaciones de la Geografía que nacen en función de éstos.

Con el fin de ilustrar esta situación es necesario mencionar, por ejemplo, que la Geografía Económica, rama específica de la Geografía Humana que se encarga del estudio territorial del proceso económico, tiene distintos componentes hacia su interior, bien porque se trata de ramas que estudian los procesos de ocupación del territorio por parte de la actividad agrícola y los patrones resultantes de tal dinámica (Geografía Agraria), o porque se interesan en la expresión territorial de actividades económicas discretas como la industria (Geografía Industrial), entre muchas otras.

En otros casos, se trata de especialidades de la Geografía Humana que examinan los procesos en el territorio relacionados con la difusión, permanencia y sobrevivencia de lenguas habladas por millones de seres humanos o por unos cuantos cientos de personas en lo que se llama Geografía Lingüística; también es conveniente citar los casos del conocimiento geográfico especializado y referido a cuestiones de infraestructura médica y hospitalaria y sus vínculos con el proceso de difusión de enfermedades, sean éstas endémicas o pandémicas (Geografía de la salud), o la que está muy de moda, que mira a los resultados de elecciones presidenciales o de otros niveles de gobierno (Geografía Electoral).

La otra perspectiva para comprender la composición interna de la Geografía es la regional. En este caso se trata del conocimiento especializado que se tiene sobre diversos lugares de la Tierra, agrupados en grandes conjuntos que se diferencian por sus características geográfico-físicas o por sus rasgos culturales o de tipo de poblamiento. Así, hay Geografías, y geógrafos, especializados en el estudio de lugares concretos del mundo como América Latina, China, el sureste de Asia, las regiones polares, los escenarios desérticos o Europa Occidental. En un nivel de desagregación menor, hay Geografías (y profesionales de la Geografía) que se dedican a examinar sitios como el noreste de Estados Unidos, alguna, o un grupo pequeño, de las islas del Caribe o la frontera norte de México, entre otros.

En el caso de México no hay Geografías (libros de Geografía) específicas de territorios concretos, excepto en unos cuantos casos. Los más notables son los esfuerzos hechos por estudiar Michoacán (1976), Oaxaca (1984) y Quintana Roo (1981). Sin embargo, la mayoría de los estados del país no cuenta con una Geografía estatal propia. Algunos las tienen pero fueron hechas hace más de 50 años; el caso de Durango (1932) es evidente. Así, la perspectiva regional de la Geografía permite apreciar que aún hay mucho por hacer, no sólo en México, sino en muchos países pobres donde la generación propia de conocimientos geográficos no es un proceso favorecido, ni por el Estado, ni por los propios académicos.

De contar con estos libros de Geografía, con estas Geografías, los países pobres, al igual que si generaran su propia tecnología, serían menos dependientes de los países ricos, quienes sí conocen su propia Geografía y la de los demás.